A ver, yo soy de las que se comió los tres libros de los Juegos del Hambre, se vio las cinco películas, y siempre fue team Peeta; así que claramente este estreno iba a ser parte memorable de mi año.
[Entrada del 2023, revivida por el lanzamiento de Amanecer en la cosecha]
Una de mis sagas juveniles favoritas es, sin duda, Los Juegos del hambre: en su momento disfruté mucho de la narrativa sobre este universo "distópico" y la historia de Katniss como protagonista. Pero, sorpresa: con el tiempo, creo que mi libro favorito de la saga no está en la trilogía original, sino en esta precuela.
Y sí, les voy a contar por qué 😎
[ADVERTENCIA] Spoilers por doquier. Advertidos están.
BALADA DE PÁJAROS CANTORES Y SERPIENTES
Me enteré del libro el año pasado y la verdad no le presté mucha atención. Sin embargo hace algunos días me salió el trailer de la película, y la fotografía me pareció preciosa, por lo que decidí buscar la novela y echarle un vistazo, solo para refrescar un poco la memoria e ir con más ganas a ver la adaptación cinematográfica. Empecé el libro el sábado antes del estreno, ¡y para qué! Me quedé casi cuatro horas seguidas buscando acabarlo: me encanta muchísimo que Suzanne Collins, la autora, haya decidido cambiar el estilo de redacción. Los primeros tres libros de la saga están escritos en primera persona, un factor común en la literatura juvenil de la década pasada; pero este libro está escrito en tercera persona y desde el POV del protagonista: Coriolanus Snow, quien ya sabemos es el gobernante tirano dentro del universo de Los juegos del hambre.
Hago hincapié en este cambio, porque aproveché en abrir los anteriores y se sienten muy diferentes, algo que agradezco porque ya con 32 años, no es lo mismo leer un libro que te gustó a los 20s. Una regresa con otra lectura, basada en otras experiencias, otra literatura y otra concepción del mundo, y evidentemente hay una recepción distinta.
Es debido a esto que agradezco muchísimo que Suzanne Collins haya decidido explorar a un personaje tan complejo como el presidente Snow, porque si bien tiene casi la misma edad que Katniss, sus motivaciones y obstáculos están siendo descritos de un modo más maduro: no desmerito lo que ha vivido Katniss, ojo; sino que el tratamiento del personaje, al usar la tercera persona, se siente de alguna manera más contemplativo. El narrador nos presenta los pensamientos de Snow, y nos permite juzgar por nosotros mismos si consideramos apropiado o no lo que está haciendo. Es un narrador que te cuenta todo, pero es imparcial.
Aquí un ejemplo:
"Tenía que pensar en la manera correcta de darle la noticia. Pero
¿cuál sería? ¿«Siento un gran amor por ti, pero no tanto como el que siento
por la escuela de oficiales»? Eso no iba a funcionar.
¡Y era verdad que la quería! ¡En serio! El problema era que le habían
bastado unas cuantas horas en la naturaleza para saber lo mucho que odiaba
su nueva vida. Entre el calor, las lombrices y esos pájaros que parloteaban
sin cesar… "
Escuchamos los pensamientos de Snow, pero no en primera persona (no es el "yo" sino el "él"), y no necesitamos mayor detalle que solo lo puntual: las reflexiones, y ciertas acciones que podemos imaginar. La lectura no necesariamente te está obligando a "empatizar".
El duende de mi cabeza,
cada vez que leía los pensamientos narcisistas del Corio x_x
🌹 Lucy Gray y el (anti)romance
Lucy Gray tiene 16 años, es cantante y termina siendo el interés amoroso de Snow. Pero no es Katniss. Es otro tipo de personaje femenino: más libre, más performática, más impredecible. La conocemos a través de muchos ojos: Corio, Tigris, la abuela, Panem entero.
La trama principal gira alrededor de la construcción de lo que conocimos en los Juegos del Hambre como "Presidente Snow": lo menciono así, porque el personaje en los tres primeros libros es el villano principal y sus rasgos puntuales son que añora mantener el control que se le ha sido conferido, y no hay ningún tipo de altruismo en sus acciones.
Yo viendo como este gil aleja a Tigris, a Lucy, a Sejanus,
y todo rasgo humanitario de su vida.
En Balada de pájaros cantores y serpientes vemos la faceta "humana" del personaje, pero sin romantizarlo: esta idea de "tal evento lo convirtió en el tirano que es" se diluye con los pensamientos de Corio, quien desde el inicio defiende lo que él considera correcto desde su perspectiva, pasando por alto el hecho de que puedan existir otras realidades que deberían hacerlo cuestionarse (su paso por el 12, los ideales de Lucy Gray, el afecto y cuidado que le proporcionaba Tigris, la confianza que le otorgó Sejanus Splint, etc.). Suzanne Collins trae la idea que vuelve locos a muchos lectores ávidos de la literatura romántica: "el tipo malo que se redime por amor", pero en este libro no sucede, y se hace énfasis en la personalidad del personaje, quien a pesar de tratar de convencerse de que ama a Lucy Gray (a su manera), termina por justificar consigo mismo que hay algo que él valora más: su realización personal (que lastimosamente en este caso terminó afectando a toda una nación).
Igual siempre me voy a preguntar, qué hubiese pasado si
este man, con toda su inteligencia, optaba por otro tipo de gobierno.
La dualidad entre Snow y Lucy Gray es, en realidad, una conversación que la humanidad viene arrastrando desde hace siglos (como si fuera parte de nuestra propia evolución política). Representan dos posturas que siguen marcando al mundo: por un lado, Snow, con su visión ultraconservadora, elitista y tradicionalista; por el otro, Lucy, artista, libre, progresista y profundamente conectada con “el pueblo”. Son polos opuestos: otra temática clásica del romance literario… pero aquí Suzanne Collins le da un giro.
Porque aunque hay una historia de amor, lo que realmente importa en esta novela son las decisiones colectivas, los ideales que cada uno representa y defiende. Collins no cae en el cliché del “amor que lo cambia todo”: ni Snow abandona su ambición, ni Lucy traiciona su esencia por quedarse a su lado. Él elige la escuela de oficiales. Ella, la huida. Porque lo que los separa no es una pelea ni un malentendido, sino algo mucho más profundo: son dos personas que jamás van a comulgar con la visión del otro. Y eso, en sí mismo, es lo más realista de la historia: no se romantiza, al contrario, se racionaliza.
Hay una conversación entre Peeta y Gale en Sinsajo donde ambos coinciden en algo clave: Katniss es una sobreviviente, y por eso elegirá a quien le garantice una mejor oportunidad de vida. Esa frase, aunque dura, revela una lectura interesante del personaje: Katniss no es tan distinta a Snow. Es una estratega, también hace lo que debe para mantenerse viva, solo que sin caer en la crueldad o el egoísmo absoluto.
En ese juego de espejos, Peeta representa todo lo que Snow hubiera querido de Lucy Gray: devoción total, entrega emocional sin condiciones. Y quizás por eso Snow descarga en él su violencia, porque necesita probar que incluso lo más noble puede quebrarse bajo su control. Que hasta el amor se puede manipular si lo maneja el Capitolio. Una forma retorcida de reafirmar su poder… pero también, una confesión de sus propias inseguridades.
Lo de Peeta y Finick jamás te lo voy a perdonar, desgraciado!
Pero lo de Lucy...lo de Lucy ya es personal.
SIMBOLOGÍA DEL RELATO
El libro está cargado de simbología, tanto dentro como fuera del universo de Los Juegos del Hambre. Empezando por el título: “balada” ya nos da una pista, porque remite a una canción melancólica, un recuerdo que se canta para no olvidar. Y “pájaros cantores y serpientes” alude de forma directa a la relación entre Lucy Gray y Coriolanus Snow: una relación que empieza como mutualismo (protección, afecto, supervivencia), pero que pronto se transforma en algo más oscuro, casi depredador.
Lucy, cantante y amante de la libertad, no le teme a las serpientes —que en la naturaleza suelen alimentarse de aves pequeñas—, sino que las usa a su favor. Como cuando provoca el ataque a la hija del alcalde. Ella es un pájaro que aprendió a convivir con la amenaza y a usarla con inteligencia.
La figura de la serpiente, además, tiene un peso simbólico ancestral: representa la traición (ese deslizarse silencioso), lo mortal (una mordida puede matar) y la astucia (ese actuar casi invisible). Todos esos rasgos definen a Snow: traiciona a su mejor amigo, hace trampa, vive de apariencias, y todo su ascenso está construido sobre una red de mentiras.
Incluso hay algo bíblico en la dinámica entre Lucy y Corio: la imagen de la mujer y la serpiente. Solo que aquí, Lucy no es Eva cayendo en la tentación, sino una superviviente que conoce el veneno y aprende a esquivarlo. Ella no muere en manos de Coriolanus, porque es tan lista como él. Escapa. Sobrevive. Y lo hace sin dejar rastro.
Ese final —sin cuerpo, sin prueba— es clave: Snow nunca tiene la certeza de que Lucy está muerta. Y eso lo persigue. Porque si no hay muerte confirmada, tampoco hay cierre. Lucy queda como un símbolo viviente de todo lo que él quiso enterrar: sus trampas, sus crímenes en el Distrito 12, su vínculo con “una pueblerina”. El pájaro cantor sigue volando en su mente, recordándole que no todo se puede controlar. Ni siquiera el pasado.
Sí, o sea, no les voy a mentir. Había partes en las que una decía:
ya, sí, el flaco va a cambiar; pero
QUE NO, CATALINAAA
QUE NOOOO!
Una de las cosas más chéveres de leer este libro es cómo reconfigura todo lo que creías saber sobre la saga. De pronto, Los Juegos del Hambre se ven desde otra perspectiva: una más trágica, más inevitable. Porque ahora entendemos que Snow llegó al poder usando exactamente las mismas armas que vemos en su juventud: el veneno, la manipulación, las apariencias, y una inteligencia afilada usada casi siempre en beneficio propio.
Y justo cuando ya está en su etapa de decadencia, aparece una muchacha con un nombre que -casualmente o no- le recuerda a Lucy Gray. Katniss es la flor que Lucy fue a buscar antes de desaparecer. Y ahora, años después, esa muchacha se convierte en el símbolo de la revolución que va a destruirlo. Es como si el pasado viniera a ajustarle cuentas. Lucy regresa, no en cuerpo, sino como idea: como eco, como advertencia, como justicia poética.
Encima, el detalle de los sinsajos es simplemente brillante. Lucy los adoraba: eran para ella una prueba de resiliencia, de belleza incluso en lo accidental. Nacidos del cruce entre especies naturales y mutaciones humanas, eran aves híbridas, raras, pero capaces de cantar. Snow, en cambio, los detesta. Para él, son una aberración: una mezcla impura, el recordatorio de que la perfección no siempre se puede controlar.
Y aquí la ironía más grande de todas: esas aves que Lucy Gray idealizaba, las mismas que él despreció por impuras, se convierten en el símbolo que inspira la rebelión. Los sinsajos —la canción de Lucy, la flor de Katniss, la libertad que siempre quiso negar— son lo que finalmente derrumba su imperio.
Snow posee una fuerte inclinación por el poder y el control y todo lo que implica ambas. En sus pensamientos de amor sobre Lucy, siempre imperan rasgos narcisistas que el narrador no romantiza, sino que deja a criterio del lector (Lucy no se identificaba como parte del distrito 12 porque viajaba con la Bandada, como un circo ambulante, pero para Snow esa podría ser una prueba para justificar el porqué se fijó en alguien "como ella": una chica diferente, tal vez hasta "de alcurnia"). Cuando siente celos por oírla cantar sobre Billy Taupe, no es un temor a perderla: es el desprecio por considerar que hubo otro antes que él (encima "inferior", según sus estándares). También reprueba el estilo de música que Lucy compone, que está claramente basado en el folklore de los Estados Unidos: el country; la música "del pueblo".
Lo interesante de la pareja, es que ambos quiebran todo lo que se considera tradicionalmente como "romance juvenil". A pesar de encontrarse en la adolescencia/joven adultez, ni Lucy ni Corio romantizan su amor al punto de "entregar todo por el otro": ambos ponen siempre por delante su bienestar propio y sus principios, y es por eso que la narrativa también se percibe más adulta, "más realista".
"De haberse sentido mejor, se habría reído
de la ironía: qué deprisa se había deteriorado la relación en sus propios
Juegos del Hambre privados".
(Coriolanus persiguiendo a Lucy Gray con una metralleta)
Coriolanus abandonó su propia historia de amor persiguiendo su ambición más grande: el poder; e irónicamente su declive empieza por un "acto de amor altruista": el supuesto suicidio de Katniss y Peeta con las vayas venenosas. Imagino al presidente diciendo: no me jodan, esto es pura pantomima.
Katniss: los dos al mismo tiempo 💪
Peeta: ok, mi amor, 😍
Snow: aaaajjj
PELÍCULA Y OLIVIA RODRIGO
Primero el trailer porque sí.
Snow y Lucy están perfectos, ah!
La verdad me he enfrascado demasiado en el libro porque me ha gustado muchísimo. Es una obra potente, con tres partes muy bien estructuradas: la última parte cojea un poco, se nota mucho, pero el final es perfecto.
Con respecto a la peli, la verdad me ha gustado, pero no tanto como el libro: supongo que es imposible meter casi 500 hojas en dos horas. Sí me hubiera gustado un poco más de desarrollo en la tercera parte, que es en la que Corio acude al distrito 12 y conoce la pobreza de primera mano, y chucha, como cualquier político nada decente, pues ignora todo eso y casi 50 años después de que asume el poder, sus distritos siguen hasta el culo.
O sea podrían haber sido la pareja perfec...
AY YA, CATALINAA!!
*explota*
La formación militar tiene un peso enorme en el pensamiento de cualquier político, y se pasaron por los webos toda esa parte; así como la vida de Lucy Gray en su distrito :'v Sin embargo creo que la película funciona bastante bien, tomando en consideración el tiempo.
Por cierto, los temas de la película son preciosos; y Olivia Rodrigo se mandó con tremenda letra para Can't catch me now, que resume muy bien lo que Lucy Gray significaría más adelante en la vida de Coriolanus; un fantasma de su peor enemigo: "el cambio". Lucy Gray no está solo en Katniss o Peeta; Lucy Gray está en todos esos distritos disconformes, que buscaban una salida ante tanto abuso de poder. Lucy Gray representa esa voz que claramente va en contra del control excesivo: es la libertad.
La tercera parte: Corio como agente de la paz, era a la que
tenían que meterle más cariñooo, CARAJOOO.
Se las recomiendo enormemente: la peli y el libro; y por fa, no la lean como una historia de amor, porque eso no es y les va a doler :'v Es mucho más potente si la ven como la biografía de un tirano, sino miren qué pedazo de textito este.
A veces recordaba algún momento cargado de dulzura y casi deseaba
que las cosas hubieran terminado de otra manera. Pero lo suyo no habría
funcionado nunca, aunque él se hubiese quedado. Sencillamente eran
demasiado distintos. Y a él no le gustaba el amor, no le gustaba que le
hiciera sentir estúpido y vulnerable. Si alguna vez se casaba, elegiría a
alguien incapaz de conmoverlo. Alguien a quien odiara, incluso, para que
nunca pudiera manipularlo como había hecho Lucy Gray. Que nunca le
hiciera sentir celos. Que nunca le hiciera sentirse débil. Livia Cardew sería
la candidata perfecta. Se imaginó a los dos, el presidente y su primera
dama, supervisando los Juegos del Hambre dentro de unos años.
Continuaría con los Juegos, por supuesto, cuando gobernase Panem. La
gente lo tacharía de tirano, estricto y cruel. Pero al menos se aseguraría de
perpetuar su supervivencia, les daría la oportunidad de evolucionar. ¿A qué
más podía aspirar la humanidad? La verdad, deberían darle las gracias.
Yo: *panic*
Qué clase de sociópata es este?!
No quiero pensar en las elecciones del 2026 en Perú. 😭
Latinoamérica buscando sus propios juegos del hambre x__X
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Dicen que cuando alguien comenta, tengo más opciones de pagar la luz :'v… ✨
¿Será cierto? 👀