Arrietty y el mundo de los diminutos

¡¡Es que yo a Ghibli lo quiero mucho!!

arriety y el mundo de los diminutos fransuh ghibli

Pues bueno, salí de vacaciones y lo primero que hice fue sentarme a ver las pelas que no había podido ver durante el maldito ciclo de la universidad. Así que la tarde se me pasó en medio de una historia con seres diminutos, un niño enfermo del corazón, los preciosos detalles de una casita en el campo y la ternura extraordinaria con la que Ghibli suele sellar sus trabajos.

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Había visto algunas películas del Studio Ghibli (exactamente cuatro), y siempre terminaba asombrada porque la narrativa que manejan tienen una eficiente manera de combinar "cuentos infantiles" y "problemas de adultos". Para dar un breve panorama a los nuevos, Studio Ghibli es una casa productora de animación japonesa, con una filosofía muy definida en los discursos de todas sus obras, y un estilo de dibujo muy marcado. Averigüé un tanto al respecto y comprendí por qué la ilustración se me hacía tan conocida, y pues resulta que Hayao Miyazaki (uno de los fundadores) también fue el encargado de sacar adelante historias como Heidi o Marco (causantes de los sufrimientos infantiles de muchos de los de mi generación).

Una característica en particular de esta casa de animación es que trabajan muchísimo con los detalles y el comportamiento de la luz. En cualquiera de sus producciones van a comprobar lo bello que puede ser un mueble o una taza, y la sombra que se forma por ellos. Los detalles estéticos de cosas comunes son parte del sello de la productora. Probablemente por el pensamiento tan humanista de Miyazaki y compañía, sobre valorar los detalles mínimos de la vida.

¿Con qué pueden empezar? Pues personalmente les recomiendo El Castillo Ambulante, Mi vecino Totoro, El Viaje de Chihiro, o Arrietty y el mundo de los diminutos. Si hay niños en casa, LES RUEGO QUE SE SIENTEN CON ELLOS A VERLAS.

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Otra característica a nivel de la narrativa, es que Ghibli resalta muchísimo el significado de “humanidad”: cada personaje es memorable porque pasa por diversas luchas que desembocan en un crecimiento personal (proceso de individuación, según Jung  y desde la perspectiva literata). Luchas que, en las obras más reconocidas, van muy relacionadas a posiciones con respecto a situaciones sociales: conflictos armados, destrucción de la naturaleza, la vejez, la belleza, la libertad; entre otros. 

Otro dato resaltante, sobre todo en las películas de Miyazaki, es que las protagonistas de estas historias suelen ser niñas que el propio director ha descrito como "heroínas capaces de luchar, que no requieren de un protector sino de un aliado". También hay un fuerte discurso de respeto por la vida y la naturaleza (pacifismo y ecologismo): La tumba de las luciérnagas y El Castillo Ambulante retratan muy sutilmente lo terrible que son las guerras, sobre todo para la sociedad civil.

Miyazaki no es el único ilustrador/director/ en Ghibli, pero todas las películas que he visto de esta productora lo tienen o bien como director o como guionista (caso de Arriety); y les juro que NINGUNA me ha decepcionado.

Y ahora sí:

Arrietty y el mundo de los diminutos

Primero el tráiler:



Arrietty y el mundo de los diminutos está basada en el libro “Los incursores”, y narra la historia de Arriettty, una niña de 14 años que vive con sus padres en la parte subterránea de una casita de campo. 

¿Y cómo es eso? 

Bueno, Arrietty a las justas medirá diez centímetros a lo mucho, al igual que sus padres: son diminutos, o "incursores" (que es el nombre con el que se autodenominan, probablemente debido a las actividades que realizan, y que más adelante comprenderemos). Se ocultan de ojos humanos, y la pregunta sería ¿por qué? Pues en la película se nos manifiesta, de manera muy suave, que a veces por curiosidad nosotros podemos ser "muy destructores". Como un niño que encuentra un nido de hormigas y trata de sacarlas arrojándoles agua.

Después de ver la película, uno se queda pensando mucho en eso: que el humano a veces abusa de su "posición de poder" en el mundo, y pasa por alto la convivencia armónica con otras criaturas.



Ni bien empiecen con la película, se darán cuenta de que los dibujos de cada escenario son impecables y cargados de belleza. Lo hermoso de Ghibli es que puedes ponerle stop a cualquier escena y vas a encontrar composiciones preciosas. Yo no soy ilustradora en el sentido estricto de la palabra (no tengo preparación técnica ni profesional), pero el trabajo a nivel artístico me parece uno de los mejores (incluso comparándola con otras películas de Ghibli: me atrevería a decir que solo El castillo ambulante podría competir con el nivel de detalle que presenta Arriety y el mundo de los diminutos).


Volviendo a la historia, Arrietty pasa sus días de manera tranquila, con su propia casita oculta en la casa grande. A veces roba hojas del jardín para decorar su habitación y abarrotar la cocina de su mamá; pero lo que la tiene sumamente emocionada en esta ocasión es que por fin hará su primera “incursión”. ¿Y qué cosa es incursión? Bueno, es meterse en la casa de los humanos para llevarse provisiones (azúcar, pañuelos de papel, y tal vez una que otra aguja tirada sin valor alguno para nosotros, pero en sus manos una filosa espada).

Todo el asunto pinta normal hasta que llega el tan esperado día en el que llevará a cabo su primera incursión; y justamente coincide con la llegada de un niño a la casa. Su nombre es Sho, y está de visita porque debe reposar para su próxima operación del corazón.

Los hombres/niños de Miyazaki siempre tienen un aire cándido, sereno y amable, 
casi como en contraparte a lo intrépidas y aguerridas que son las protagonistas. 
Es un tipo de masculinidad atípico en las narrativas occidentales, pero usuales para Ghibli.

La protagonista, como siempre, mantiene los puntos fuertes que Miyazaki le otorga a sus heroínas: en este caso es una niña de catorce años que quiere conocer el mundo y comprende que afuera hay muchísimas cosas que no ha visto y que son gigantescas (literalmente hablando). ¿El aliado? Un niño en condiciones de enfermedad que solo quiere tratar de “protegerla dentro de sus posibilidades”: vulnerabilidad expresada y, por lo tanto, más valiente que ninguna.

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La conversación que Sho y Arriety mantienen en el prado por la "supervivencia" de las especies y la "evolución" es conmovedora y resulta siendo un regaño tácito hacia nosotros. Como mencioné por allá arriba, esta película parece muy sencilla, pero en cada diálogo hay un reproche muy marcado con respecto a nuestra posición en el mundo y cómo tratamos a las especies que consideramos "inferiores". Arriety se ve como Sho: es una niña, pero no es humana (por su tamaño), y debido a eso debe vivir en constante vigilancia: nosotros, la "humanidad", terminamos siendo el depredador más voraz.

Arriety, personalmente, me parece una de las historias más sutiles pero a la vez más potentes con respecto al discurso ecologista que maneja Ghibli. Si bien coincido con la postura de que es la historia "menos pomposa" de la productora (a diferencia de El viaje de Chihiro, El castillo ambulante, o la misma Ponyo), también considero que posee un tinte muy cargado de autorreflexión y reproche para la humanidad en general. La escena de la madre de Arriety siendo encerrada en un frasco es, hasta cierto punto, un acto de crueldad perpetrado por un mero instinto de "curiosidad": la anciana que cuida la casita solo desea satisfacer sus deseos de tener la razón con respecto a la existencia de los Diminutos, pero no toma en cuenta que son seres vivos a los que se les puede estar lastimando: la humanidad, siendo inhumana (para variar).

Esta, en particular, es una de mis historias favoritas porque el concepto de "diminuto" se aplica tanto a nivel narrativo (ilustraciones), como en el ámbito del discurso: no es que recibamos mensajes "enormes" de protección a los demás seres con los que convivimos en el mundo, sino que se realizan a través de "pequeños" detalles que, al notar, te dejan pensando en cuánto nos falta por avanzar. 

Y ya no les cuento más porque está en Netflix así que no pierdan time y ¡véanla! Y claro, no puedo retirarme sin recomendarles el OST. Cécile Corbel fue la encargada del soundtrack y cada uno de los temas es más extraordinario que el anterior. POR ESTA PELÍCULA ME VOLVÍ FAN DE SU MÚSICAAAAA!!

Les dejo aquí las canciones que más me gustaron ya para despedirnos.

 
 


PD: EL MIÉRCOLES CAPÍTULO III DE ACTO DE CONTRICIÓN.



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